La inauguración del nuevo aeropuerto internacional de Berlín prevista para dentro de dos semanas volvió a postergarse a último momento y de forma inesperada por problemas de seguridad, informaron hoy fuentes del gobierno y del operador aeroportuario en medio de una ola de críticas.
El nuevo terminal, una de las obras de infraestructura más ambiciosas de Alemania en este siglo, debía inaugurarse oficialmente el 24 de mayo y comenzar a funcionar el 3 de junio.
El plan se retrasará ahora hasta agosto o septiembre porque sistemas de seguridad como la protección contra incendios o el bloqueo de puertas no funcionan aún a pleno rendimiento.
"No es un buen día para los ciudadanos", reconoció durante el anuncio el jefe de gobierno de Berlín, el socialdemócrata Klaus Wowereit. "Pero no se pueden correr riesgos. La seguridad tiene prioridad".
A su lado, el jefe del nuevo aeropuerto, Rainer Schwarz, admitió que el nuevo retraso es "una amarga decepción" para todos los implicados: "Sólo puedo pedir disculpas", zanjó.
Esta es la segunda postergación en la apertura del terminal, programada en un principio para noviembre de 2011.
El aeropuerto de Berlín-Brandenburg está situado unos 20 kilómetros al sur del centro de Berlín y será el tercero más grande de Alemania -después de los de Fráncfort y Múnich- con una capacidad para 27 millones de pasajeros por año.
Con su inauguración dejarán de funcionar los otros dos aeropuertos de la capital alemana: Schnefeld y Tegel. El histórico aeropuerto de Tempelhof ya fue clausurado en octubre de 2008.
La estación lleva el nombre del ex canciller alemán, líder socialdemócrata y premio Nobel de la Paz Willy Brandt. Su construcción iniciada en 2008 costó más de 2.500 millones de euros (3.100 millones de dólares).
La inauguración había sido planeada minuciosamente y 5.000 operarios trabajaban contrarreloj para llegar a cumplir los plazos. El sorpresivo retraso, que costará unos 15 millones de euros por mes, fue recibido hoy con estupor y fuertes críticas.
"Es una situación muy, muy vergonzosa", lamentó el presidente de la Cámara de Industria y Comercio de Potsdam, Victor Stimming. El empresario pidió que el retraso sea "lo más breve posible" para reducir los daños económicos a hoteles y comerciantes de la región.
Para la jefa parlamentaria de Los Verdes, Renate Knast, el aeropuerto fue desde el principio "un historia de fracasos, mala suerte y accidentes", en los que "la mala suerte tuvo la menor parte".
"La gestión del proyecto por parte del operador aeroportuario fue increíblemente poco profesional", lamentó el jefe de la comisión de Tránsito del Parlamento, Anton Hofreiter. La prensa no dudó en calificar de "debacle" el nuevo traspié.
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