Democratizar los cielos ha traído un montón de beneficios:
Por un lado, pasajeros desplazándose más rápido y accediendo a lugares y culturas que antes sólo veían por televisión.Por otro, líneas aéreas cuyo crecimiento se ha mantenido sostenido en los dos dígitos. Pero no todo el cuento podría tener un final tan feliz. Porque a las constantes alzas del combustible -ante lo cual algunas aerolíneas han eliminado frecuencias y reducido su proyección de crecimiento- se sumó un nuevo problema: un posible colapso aeroportuario.Las aerolíneas están preocupadas. Sobre todo por el aeropuerto Arturo Merino Benítez, el cual ya alcanzó los flujos inicialmente previstos para cinco años más. "El aeropuerto de Santiago fue proyectado para 10 millones de pasajeros a 2013 y hoy ya está copado", explica Jorge Awad, presidente del directorio de LAN Airlines. Para la aerolínea resulta imperioso que la autoridad tome alguna determinación al respecto. Eso sí, ahora, no en cinco años más. "Hoy es imperioso que antes de la próxima licitación se hagan las inversiones que, tengo entendido, debieran superar los US$ 50 millones", comenta Awad, quien cuenta que ya han tenido reuniones con la Dirección de Aeronáutica Civil y el Ministerio de Obras Públicas para discutir el tema. La percepción de LAN es compartida dentro de la industria. "Las tasas de crecimiento de tráfico aéreo de Chile son muy altas. Obviamente si tú tienes una tasa un 50% más alta de la diagnosticada, hay que tomar medidas. Siempre es bueno, de común acuerdo, anticiparse a las necesidades reales del mercado y buscar fórmulas que beneficien al usuario", asegura Patricio Sepúlveda, vicepresidente regional de IATA. No es que la actual concesionaria SCL -controlada por Agunsa- esté de brazos cruzados. El tema lo vienen trabajando hace más de un año -cuando encargaron un estudio de flujos- y el mes pasado entregaron al Ministerio de Obras Públicas una propuesta concreta: construir en el ala derecha un terminal de vuelos nacionales, liberando el actual espacio para vuelos internacionales. El negocio, eso sí, sería aumentar el plazo de la concesión en la medida de recuperar la inversión. Y aunque existen otras dos opciones -no hacer nada hasta que termine la concesión en 2013 o comprar, de mutuo acuerdo, los años que quedan a la concesionaria y volver a licitar-, la alternativa de SCL sería la más viable para el MOP. Por su parte, el ministerio ya encargó a los diseñadores del gigante aeroportuario francés, Charles de Gaulle, una propuesta para actualizar el plan maestro y redefinirse al largo plazo. Y es que la necesidad de inversión se hace evidente incluso para aerolíneas que no tienen tanto tráfico. "El aeropuerto para cinco años más no aguanta", asegura Alfredo Babun, gerente general de Air Canada Chile. Uno de los principales problemas hoy es el cada vez menor espacio para los mesones de Chek In. Por lo mismo, trasladar el terminal nacional parece una opción acertada. "Me parece espectacular. Nos va a dar una cantidad importante de mesones y va a descontracturar la parte internacional", dice Babun.
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