Cerca de 1.000 personas visitan la nueva terminal en el primer fin de semana de puertas abiertas.
Mostradores de facturación vacíos, pantallas sin vuelos programados y ni rastro de equipajes en los más de 544.000 metros cuadrados sobre los que se asienta la nueva terminal del aeropuerto de Barcelona. Este es el estado en el que los vecinos de Barcelona encontraron la T-1 de El Prat en su primer fin de semana de puertas abiertas. No es la primera vez que acude público a la nueva infraestructura aeroportuaria. Desde hace un mes, la terminal está siendo testada por figurantes que siguen al dictado de AENA los trámites de facturación y embarque con el objetivo de subsanar cualquier fallo. Pero todavía no se había abierto a un público que únicamente acude motivado por la curiosidad.
'¿Es más grande que el aeropuerto de Charles de Gaulle?, ¿Tiene sala de espera para fumadores?', son algunas de las preguntas que plantearon los ciudadanos de a pie al personal de AENA. Y aunque los trabajadores del ente gestor de aeropuertos están preparados para responder a todo tipo de preguntas, algunas escapan a su conocimiento. Al público, cerca de un millar de personas de todas las edades, le interesa conocer cuándo entrará en funcionamiento la nueva infraestructura. La fecha de inauguración es el secreto mejor guardado por Aena.
La respuesta es imprecisa: 'durante la temporada de verano, que engloba desde marzo a septiembre', señalan desde AENA, aunque algunas compañías aéreas ya han recibido notificación para estar preparadas para el traslado de la T-2 a la T-1 para mediados de junio.
La nueva terminal, concebida por el arquitecto Ricardo Bofill, está estructurada en tres áreas diferenciadas. La zona de facturación se sitúa en el piso superior y la de embarque y recogida de equipajes en la planta baja. La superficie inferior albergará también la zona comercial, todavía en fase de construcción y los accesos a otros medios de transporte como taxi o autobús. La nueva terminal tiene una superficie comercial de 23.866 metros cuadrados e incluye una variada oferta de alimentación, moda, complementos, ocio, prensa y duty free. Además, se ofrecerán servicios de spa, peluquería, masaje e incluso un gimnasio.
El diseño interior de la terminal, en forma de espada, fue todo elogios por parte de los barceloneses. Los primeros ciudadanos que acudieron a la T-1 también valoraron positivamente la amplitud de la infraestructura y la luminosidad de su interior.La inexistencia de conexiones directas, por ahora, desde la nueva terminal con Renfe y metro (su llegada está prevista para 2012) inquieta a los visitantes. El enlace entre la estación de Renfe, ubicada junto a la Terminal 2, hasta la Terminal 1 se hará mediante un servicio continuo de autobús. Asimismo, la terminal actualmente operativa y la nueva quedarán unidas por una lanzadera cada cinco minutos. La T-1 y la T-2 se hallan separadas por 3,4 kilómetros de distancia, lo que se traducirá en diez minutos de viaje. El Prat seguirá mimando la que es una de sus principales rutas: Madrid y Barcelona. Para los viajeros entre ambas ciudades ha diseñado el corredor Madrid-Barcelona, con sus propios mostradores y una sala VIP especial.
Tras las dos primeras jornadas de puertas abiertas, AENA ya prepara cuatro más para mayo. Su objetivo es que las seis visitas programadas atraigan a un total de 3.000 personas.
El 80% del tráfico, bajo un mismo techo
La nueva terminal acogerá el 80% del tráfico del aeropuerto de Barcelona una vez sea inaugurado. En 2007, AENA asignó los espacios de T-1 (entonces Terminal Sur) a las alianzas One World y Star Alliance, a Vueling y a otras 17 compañías aéreas que realizaban vuelos intercontinentales pero no vinculados a ninguna alianza. También entraron en el reparto Clickair y Air Nostrum. Un año más tarde, el consejo de administración de AENA redistribuyó los espacios incluyendo en el reparto a la alianza Skyteam, encabezada por Air Europa. Esta aerolínea había mostrado su disconformidad con la división de espacios inicial. Tras esta decisión, el número de compañías aéreas que estarán en la nueva terminal se eleva a 52 aerolíneas. La terminal actualmente operativa se especializará en vuelos de bajos costes.
La cifra
900 millones de euros es la inversión realizada por AENA en la T-1, que tiene capacidad para acoger 30 millones de pasajeros al año.
Fuente: www.cincodias.com
Mostradores de facturación vacíos, pantallas sin vuelos programados y ni rastro de equipajes en los más de 544.000 metros cuadrados sobre los que se asienta la nueva terminal del aeropuerto de Barcelona. Este es el estado en el que los vecinos de Barcelona encontraron la T-1 de El Prat en su primer fin de semana de puertas abiertas. No es la primera vez que acude público a la nueva infraestructura aeroportuaria. Desde hace un mes, la terminal está siendo testada por figurantes que siguen al dictado de AENA los trámites de facturación y embarque con el objetivo de subsanar cualquier fallo. Pero todavía no se había abierto a un público que únicamente acude motivado por la curiosidad.
'¿Es más grande que el aeropuerto de Charles de Gaulle?, ¿Tiene sala de espera para fumadores?', son algunas de las preguntas que plantearon los ciudadanos de a pie al personal de AENA. Y aunque los trabajadores del ente gestor de aeropuertos están preparados para responder a todo tipo de preguntas, algunas escapan a su conocimiento. Al público, cerca de un millar de personas de todas las edades, le interesa conocer cuándo entrará en funcionamiento la nueva infraestructura. La fecha de inauguración es el secreto mejor guardado por Aena.
La respuesta es imprecisa: 'durante la temporada de verano, que engloba desde marzo a septiembre', señalan desde AENA, aunque algunas compañías aéreas ya han recibido notificación para estar preparadas para el traslado de la T-2 a la T-1 para mediados de junio.
La nueva terminal, concebida por el arquitecto Ricardo Bofill, está estructurada en tres áreas diferenciadas. La zona de facturación se sitúa en el piso superior y la de embarque y recogida de equipajes en la planta baja. La superficie inferior albergará también la zona comercial, todavía en fase de construcción y los accesos a otros medios de transporte como taxi o autobús. La nueva terminal tiene una superficie comercial de 23.866 metros cuadrados e incluye una variada oferta de alimentación, moda, complementos, ocio, prensa y duty free. Además, se ofrecerán servicios de spa, peluquería, masaje e incluso un gimnasio.
El diseño interior de la terminal, en forma de espada, fue todo elogios por parte de los barceloneses. Los primeros ciudadanos que acudieron a la T-1 también valoraron positivamente la amplitud de la infraestructura y la luminosidad de su interior.La inexistencia de conexiones directas, por ahora, desde la nueva terminal con Renfe y metro (su llegada está prevista para 2012) inquieta a los visitantes. El enlace entre la estación de Renfe, ubicada junto a la Terminal 2, hasta la Terminal 1 se hará mediante un servicio continuo de autobús. Asimismo, la terminal actualmente operativa y la nueva quedarán unidas por una lanzadera cada cinco minutos. La T-1 y la T-2 se hallan separadas por 3,4 kilómetros de distancia, lo que se traducirá en diez minutos de viaje. El Prat seguirá mimando la que es una de sus principales rutas: Madrid y Barcelona. Para los viajeros entre ambas ciudades ha diseñado el corredor Madrid-Barcelona, con sus propios mostradores y una sala VIP especial.
Tras las dos primeras jornadas de puertas abiertas, AENA ya prepara cuatro más para mayo. Su objetivo es que las seis visitas programadas atraigan a un total de 3.000 personas.
El 80% del tráfico, bajo un mismo techo
La nueva terminal acogerá el 80% del tráfico del aeropuerto de Barcelona una vez sea inaugurado. En 2007, AENA asignó los espacios de T-1 (entonces Terminal Sur) a las alianzas One World y Star Alliance, a Vueling y a otras 17 compañías aéreas que realizaban vuelos intercontinentales pero no vinculados a ninguna alianza. También entraron en el reparto Clickair y Air Nostrum. Un año más tarde, el consejo de administración de AENA redistribuyó los espacios incluyendo en el reparto a la alianza Skyteam, encabezada por Air Europa. Esta aerolínea había mostrado su disconformidad con la división de espacios inicial. Tras esta decisión, el número de compañías aéreas que estarán en la nueva terminal se eleva a 52 aerolíneas. La terminal actualmente operativa se especializará en vuelos de bajos costes.
La cifra
900 millones de euros es la inversión realizada por AENA en la T-1, que tiene capacidad para acoger 30 millones de pasajeros al año.
Fuente: www.cincodias.com
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