El alcalde de Londres, Boris Johnson, pretende clausurar en unos años más el aeropuerto internacional de Heathrow, y sustituirlo por uno totalmente nuevo que estaría emplazado en una isla artificial en la desembocadura del Támesis.
El nuevo terminal, que se construiría en el condado de Kent, tendría en principio cuatro pistas, pero podría ampliarse, según afirmó The Times.
Los pasajeros serían transportados desde y hasta el centro de Londres en trenes de alta velocidad que tardarían 35 minutos. Incluso, para mejorar la efectividad aeroportuaria, las maletas podrían despacharse en la estación de trenes, antes de subir al tren hacia el nuevo aeropuerto. También se contemplan servicios de ferry para conectar el aeropuerto con otras partes del sudeste de Inglaterra.
El aeródromo estaría conectado al sistema ferroviario del Eurotúnel, que mejoraría las conexiones con el resto de Europa, principalmente con París, Bruselas y Lille. Bruselas, por ejemplo, quedaría a sólo hora y media gracias a los trenes de vía rápida.
Los asesores del alcalde creen que el aeropuerto, inspirado en el de Hong Kong, tardaría seis años en construirse, lo que permitiría cerrar gradualmente tanto Heathrow como posiblemente también el de Gatwick.
El lugar que ahora ocupa el aeropuerto de Heathrow podría convertirse, según The Times, en el equivalente de Silicon Valley, con parques tecnológicos y viviendas.
Menos ruido
Johnson cree que con el nuevo aeropuerto se resolverían los actuales problemas de congestión de Heathrow, por el que pasan 67 millones de pasajeros al año.
La idea seguramente será del agrado de los cientos de miles de residentes de Londres y sus alrededores que soportan diariamente el ruido de los aviones que aterrizan o despegan de Heathrow, ya que los aviones comenzarían el descenso por el mar del Norte en lugar de sobrevolar toda una serie de áreas residenciales, como ahora.
La alcaldía contratará esta semana una firma extranjera de ingenieros para determinar la viabilidad del proyecto.
La ayuda para la construcción del nuevo aeropuerto podría venir de China. La semana pasada, el vicealcalde de Beijing, Zhang Mao, dio a entender a su colega de Londres que estudiaría la posibilidad de invertir en proyectos de infraestructura en Londres, incluidas las instalaciones para los próximos Juegos Olímpicos de 2012.
Boris Johnson tratará con Zhang de la posible financiación de su proyecto de aeropuerto en la embocadura del Támesis cuando el vicealcalde chino visite Londres, en octubre.
RESISTENCIA
British Airways afirma que no hay que construir un nuevo aeropuerto, sino una tercera pista para Heathrow.
Fuente:
www.emol.com
El nuevo terminal, que se construiría en el condado de Kent, tendría en principio cuatro pistas, pero podría ampliarse, según afirmó The Times.
Los pasajeros serían transportados desde y hasta el centro de Londres en trenes de alta velocidad que tardarían 35 minutos. Incluso, para mejorar la efectividad aeroportuaria, las maletas podrían despacharse en la estación de trenes, antes de subir al tren hacia el nuevo aeropuerto. También se contemplan servicios de ferry para conectar el aeropuerto con otras partes del sudeste de Inglaterra.
El aeródromo estaría conectado al sistema ferroviario del Eurotúnel, que mejoraría las conexiones con el resto de Europa, principalmente con París, Bruselas y Lille. Bruselas, por ejemplo, quedaría a sólo hora y media gracias a los trenes de vía rápida.
Los asesores del alcalde creen que el aeropuerto, inspirado en el de Hong Kong, tardaría seis años en construirse, lo que permitiría cerrar gradualmente tanto Heathrow como posiblemente también el de Gatwick.
El lugar que ahora ocupa el aeropuerto de Heathrow podría convertirse, según The Times, en el equivalente de Silicon Valley, con parques tecnológicos y viviendas.
Menos ruido
Johnson cree que con el nuevo aeropuerto se resolverían los actuales problemas de congestión de Heathrow, por el que pasan 67 millones de pasajeros al año.
La idea seguramente será del agrado de los cientos de miles de residentes de Londres y sus alrededores que soportan diariamente el ruido de los aviones que aterrizan o despegan de Heathrow, ya que los aviones comenzarían el descenso por el mar del Norte en lugar de sobrevolar toda una serie de áreas residenciales, como ahora.
La alcaldía contratará esta semana una firma extranjera de ingenieros para determinar la viabilidad del proyecto.
La ayuda para la construcción del nuevo aeropuerto podría venir de China. La semana pasada, el vicealcalde de Beijing, Zhang Mao, dio a entender a su colega de Londres que estudiaría la posibilidad de invertir en proyectos de infraestructura en Londres, incluidas las instalaciones para los próximos Juegos Olímpicos de 2012.
Boris Johnson tratará con Zhang de la posible financiación de su proyecto de aeropuerto en la embocadura del Támesis cuando el vicealcalde chino visite Londres, en octubre.
RESISTENCIA
British Airways afirma que no hay que construir un nuevo aeropuerto, sino una tercera pista para Heathrow.
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