El Ministerio de Defensa francés ha informado de que casi un año después se han localizado las cajas negras del vuelo AF 447 que se estrelló el pasado mes de junio en el Atlántico cuando cubría la ruta Río de Janeiro-París y en el que murieron 228 personas.
"Hemos sido informados por Dominique Bussereau (Secretario de Estado de Transportes) que la Marina ha localizado las cajas negras. Esta información debe ser ahora verificada y validada por nuestro equipo en Le Bourget", dijo una portavoz del Ministerio.
Pese a qué la localización de los aparatos supone un gran avance para saber definitivamente qué ocurrió en el trágico vuelo, el Ministerio de Defensa se ha mostrado cauto y aunque confirman haberlas localizados no están muy seguros de que puedan recuperarlas "ya que la zona en la que se encuentran es un terreno muy desigual".
El portavoz del Ejecutivo, Luc Chatel, en una entrevista a la emisora de radio 'France Info', se mostró "muy prudente" porque lo que hay por ahora "es una zona de localización" que tiene un radio de unos cinco kilómetros, según el organismo francés encargado de la investigación, el BEA.
Otra razón para la prudencia es que está por ver que se puedan sacar a la superficie en función de la profundidad a la que se encuentren. Un experto recordó que hasta ahora no se han realizado operaciones de ese tipo a más de 3.000 metros bajo el nivel del mar.
De acuerdo con las informaciones del Ministerio de Defensa, el submarino nuclear francés captó señales que, después de haber sido analizadas por Thales, fabricante de los radares, parecen poder corresponder a las cajas negras del Airbus A330 de Air France que despegó de Río y se precipitó al océano a unos 1.300 kilómetros de la ciudad brasileña de Recife, por razones aún desconocidas.
Las autoridades francesas dejaron de buscar las cajas negras dos meses después del accidente ante las dificultades que suponía. Los expertos intentaron localizarlas en un área de unos 17.000 kilómetros cuadrados y más de 3.000 metros de profundidad, cuyo relieve submarino era bastante accidentado.
Debido a la ausencia de las cajas negras, la investigación de qué ocurrió en aquel vuelo ha sido todo especulaciones basadas en el mensaje enviado por el piloto minutos antes de que el avión desapareciese.
Según esta grabación, la tripulación observó en la lejanía un "fuerte e intenso destello de luz blanca". En el momento del avistamiento, la aeronave estaba a siete grados al norte del ecuador y en el meridiano 49 oeste.
Los últimos mensajes enviados desde el avión muestran que se vio envuelto en una secuencia de fallos eléctricos y de su sistema básico tras atravesar una zona de fuertes turbulencias.
"Hemos sido informados por Dominique Bussereau (Secretario de Estado de Transportes) que la Marina ha localizado las cajas negras. Esta información debe ser ahora verificada y validada por nuestro equipo en Le Bourget", dijo una portavoz del Ministerio.
Pese a qué la localización de los aparatos supone un gran avance para saber definitivamente qué ocurrió en el trágico vuelo, el Ministerio de Defensa se ha mostrado cauto y aunque confirman haberlas localizados no están muy seguros de que puedan recuperarlas "ya que la zona en la que se encuentran es un terreno muy desigual".
El portavoz del Ejecutivo, Luc Chatel, en una entrevista a la emisora de radio 'France Info', se mostró "muy prudente" porque lo que hay por ahora "es una zona de localización" que tiene un radio de unos cinco kilómetros, según el organismo francés encargado de la investigación, el BEA.
Otra razón para la prudencia es que está por ver que se puedan sacar a la superficie en función de la profundidad a la que se encuentren. Un experto recordó que hasta ahora no se han realizado operaciones de ese tipo a más de 3.000 metros bajo el nivel del mar.
De acuerdo con las informaciones del Ministerio de Defensa, el submarino nuclear francés captó señales que, después de haber sido analizadas por Thales, fabricante de los radares, parecen poder corresponder a las cajas negras del Airbus A330 de Air France que despegó de Río y se precipitó al océano a unos 1.300 kilómetros de la ciudad brasileña de Recife, por razones aún desconocidas.
Las autoridades francesas dejaron de buscar las cajas negras dos meses después del accidente ante las dificultades que suponía. Los expertos intentaron localizarlas en un área de unos 17.000 kilómetros cuadrados y más de 3.000 metros de profundidad, cuyo relieve submarino era bastante accidentado.
Debido a la ausencia de las cajas negras, la investigación de qué ocurrió en aquel vuelo ha sido todo especulaciones basadas en el mensaje enviado por el piloto minutos antes de que el avión desapareciese.
Según esta grabación, la tripulación observó en la lejanía un "fuerte e intenso destello de luz blanca". En el momento del avistamiento, la aeronave estaba a siete grados al norte del ecuador y en el meridiano 49 oeste.
Los últimos mensajes enviados desde el avión muestran que se vio envuelto en una secuencia de fallos eléctricos y de su sistema básico tras atravesar una zona de fuertes turbulencias.
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