El Gobierno está muy cerca de intervenir AerolíneasRicardo Jaime, secretario de Transporte y uno de los pocos funcionarios de confianza de Néstor Kirchner, ya le llevó a la presidenta Cristina Kirchner un borrador con un viejo anhelo: la intervención de Aerolíneas Argentinas. La decisión, que podría tomarse en las próximas horas, fue transmitida ayer por la tarde a los sindicatos por Jaime y a LA NACION por miembros del Gobierno.Las operaciones de la empresa volvieron ayer a ser caóticas. Vuelos suspendidos por una asamblea gremial, sueldos impagos desde hace una semana, quejas de usuarios varados y media flota de aviones en tierra. Una anécdota insólita ejemplifica el contexto: Enrique Meliá, director general de Aerolíneas, viajó ayer a Santiago de Chile, por cuestiones de trabajo, en un vuelo de la competidora LAN.Anoche, en la empresa de capitales españoles callaban. "Se está trabajando para pagar los sueldos", contestaron a LA NACION. Pero una frase reciente de Gonzalo Pascual, uno de los accionistas, pronunciada durante una reunión privada, resulta más descriptiva que cualquier vocero. "No nos vamos a quedar en un lugar donde no nos quieran", soltó ese día Pascual. Anoche, desde Madrid, no sólo negociaban Pascual y su socio, Gerardo Díaz Ferrán, sino también las máximas autoridades del gobierno español.Encumbrados funcionarios argentinos confirmaron a LA NACION que la intervención de la empresa está resuelta. "Está en proceso", dijo uno que conoce como pocos la relación entre la Argentina y España y que agregó que el anuncio podría ser hecho en las próximas horas por Cristina Kirchner. Fuentes diplomáticas del gobierno español fueron más cautas: dijeron desconocer por completo la decisión.La propuesta de Jaime, que es la de Néstor Kirchner, contaba anoche con el aval de la mayoría de los gremios. "No nos parece mala una intervención para que entre otro grupo nacional", contestó un sindicalista.La pretensión gremial no parece descabellada en el entorno. Hace tiempo que desde el Gobierno se ensayan esquemas de ese tipo. El propio ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, se comunicó semanas atrás con empresarios españoles para pedirles un favor singular para cualquier hombre de negocios: que convencieran a Pascual y a Díaz Ferrán (dueños de la española Marsans) de que era necesario vender. El mensaje llegó a destino y al poco tiempo emergió el nombre del dueño de Buquebus, Juan Carlos López Mena, como posible comprador.El rol de la JusticiaHasta anoche no estaba claro el modo de la intervención: si directamente desde el Estado o a través del juzgado que lleva el concurso preventivo de la aerolínea, mediante una presentación estatal. La salida de la empresa de la convocatoria no es aún oficial, pese a que existe un preacuerdo. Por eso, en el Gobierno hablan de "intervención judicial". Aunque ya circulaban innumerables candidatos a interventor. "Es una decisión de Estado. Pero se va a hacer a través de la Justicia. El interventor lo pone el juez", dijo otro hombre del Gobierno. En el tema trabaja un equipo integrado por los directores estatales en la empresa y miembros del Ministerio de Planificación Federal y de la Secretaría de Transporte.Aerolíneas perdió ya 100 millones de dólares desde enero hasta hoy. Recibió hace un mes, luego de años de reclamos, aumentos tarifarios y subsidios. Hasta anoche, acumulaba ya cinco días de atraso en el pago de los sueldos de junio. Para el aguinaldo, que pagó el viernes, recurrió a créditos del Banco Nación y el Banco Galicia. Sueldos anteriores habían sido abonados con devoluciones impositivas del Estado.La situación arrastra innumerables amagos. En octubre de 2005, Ricardo Cirielli, entonces subsecretario de Transporte Aerocomercial, pidió la "reargentinización" de la compañía y fue desmentido horas después por el jefe de Gabinete, Alberto Fernández.Pero todo reverdeció el viernes pasado, cuando tres inspectores de la Secretaría de Transporte ingresaron en las oficinas de Aerolíneas y labraron un acta por "acefalía empresarial". LA NACION se comunicó ayer con el área de prensa de la Secretaría. "No tengo absolutamente nada. No tengo información", contestaron. ¿Y habrá por ahí alguien que la tenga?, se le insistió. Respuesta: "Es que acá nadie quiere ni tiene para dar información".
Por Francisco OliveraDe la Redacción de LA NACIONCon la colaboración de Lucas Colonna
No hay comentarios.:
Publicar un comentario