Mientras los reguladores gubernamentales continúan investigando las fallas en el Dreamliner 787 de Boeing, los inversionistas y analistas ya están especulando sobre cuánto le costará a la firma la prohibición de que sus aviones vuelen por tiempo indefinido. La respuesta depende de lo que descubran las investigaciones que se desarrollan en Estados Unidos y Japón, con escenarios que van desde una resolución rápida si algunas partes defectuosas deben cambiarse hasta una prolongada investigación que exija una revisión fundamental en el diseño.
El peor escenario contempla que los problemas del Dreamliner sean tan profundos que el CEO, Jim McNerney, deba amortizar unos
US$ 5.000 millones en ingresos anticipados, indicó en una nota a clientes el analista de Jefferies & Co, Howard Rubel, citado por Bloomberg.
Sin embargo, otros expertos dicen que es probable que el costo sea mucho menos.
Eso dejaría a Boeing, que reporta resultados mañana, la posibilidad de que obtenga la recompensa de lo que Rubel estima fue una inversión de US$ 25.000 millones en el avión, despejando el camino para un alza en las ganancias y más dinero para los inversionistas.
En un escenario más probable, el dejar los aviones en tierra podría costarle a Boeing cerca de US$ 550 millones, con un rango de potenciales gastos que van desde US$ 125 millones para compensar a las líneas aéreas que arriendan aviones de reemplazo hasta los US$ 5.000 millones de amortización, recalca Rubel. Por otro lado, Doug Harned, analista de a Sanford C. Bernstein & Co, cree que el gasto estimado de Boeing será menor a
US$ 350 millones.
Optimismo de inversionistas
Las acciones no han caído, debido, en parte, a que los inversionistas están acostumbrados a los infortunios del Dreamliner luego de que una serie de retrasos hiciera que los aviones empezaran a operar con más de tres años de rezago, dicen los analistas.
“El mercado está diciendo que hay algo de cautela, pero no una tremenda preocupación aún. En realidad estoy sorprendido de lo bien que la acciones se han desempeñado tras las noticias”, indicó Gary Flam, de Bel Air Investment Advisors.
En los ‘90, el modelo 777 tuvo retrasos al no conseguir a tiempo la aprobación del regulador estadounidense para sus motores y algunos aviones fueron retirados de vuelos trasatlánticos debido a problemas de energía.
Entre las primeras fallas técnicas, la firma tuvo que rediseñar una parte del control de mando del 737 y reemplazarla en todos los aviones.
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