El inestimable papel que desempeña la aviación en la
sociedad está siendo cuestionado y
puesto en riesgo con cierre de fronteras y voces influyentes
que desde Europa piden poner
freno a los viajes en avión.
La aviación comercial genera más de 80 millones de empleos
en todo el mundo entre el
sector del turismo, la cadena de suministro de la industria,
las aerolíneas, los aeropuertos y
muchas otras áreas donde alcanza su influencia. El cierre de
fronteras y la cancelación de
vuelos han dejado a familias enteras dispersas, incapaces de
reunirse cara a cara,
demostrando que el avión se ha convertido en algo
fundamental para el modo de vida de
muchos individuos.
La aviación conecta y une a personas, culturas y empresas.
Funcionando como un auténtico
cordón umbilical del comercio internacional, la aviación
apoya el desarrollo, la educación y
las economías mundiales. Los viajes aéreos no sólo amplían
nuestros horizontes
intelectuales, sino que también alivian las tensiones al
reunirnos y permitirnos
comprendernos y aprender unos de otros, ayudándonos a
encontrar respuestas a nuestros
problemas comunes. La aviación salvaguarda la paz y la
estabilidad en el mundo. Es el
motor del multilateralismo, la diplomacia y los valores
humanos que muchos daban por
sentados desde la segunda mitad del siglo XX. Es evidente
que un mundo más conectado
es un mundo más próspero y que esta prosperidad proporciona
la base para una innovación
a gran escala y una transformación duradera.
Cuanto más largo sea el paréntesis que se ha abierto en el
comercio y en la circulación
internacional, más graves serán las consecuencias. Una
situación económica adversa
prolongada dejará a los Gobiernos y a las empresas en una
posición más débil de cara a
abordar las dificultades más acuciantes. Son necesarios
cambios importantes a escala
mundial si nos proponemos abordar el mayor desafío de
nuestro tiempo: el cambio climático.
Si queremos estar a la altura de este desafío, es preciso
que acometamos una rápida
transformación global desde los sectores de la energía y el
transporte hasta la industria
pesada y de la construcción. Estos cambios, a su vez,
dependen del urgente despliegue de
enormes volúmenes de capital, pero estamos viendo cómo esta
crisis está limitando la
inversión de las empresas, creando un mundo menos conectado
por el cierre de las
fronteras y más susceptible de ver renacer el
proteccionismo, el nacionalismo y la
inestabilidad geopolítica.
Esto es lo que está en juego en esta pandemia, y explica por
qué la reanudación segura y
rápida de los viajes en avión puede ayudar a sanar las
heridas de esta crisis.
Sin embargo, con el incremento actual de la preocupación
pública por el medioambiente, la
importancia de la aviación para la sociedad está en
entredicho. Por lo tanto, abordar esta
inquietud ahora es una prioridad.
Cada sector debe asumir su responsabilidad y nosotros nos
comprometemos a asumir la
nuestra. Si bien las emisiones de la aviación solo
representan entre el 2 y el 3% de todas las
emisiones de CO2 producidas por el ser humano, queremos
estar a la vanguardia de esta
gran transformación. En Airbus, nuestra ambición es liderar
la descarbonización de nuestro
sector y construir el primer avión de pasajeros libre de
emisiones del mundo para 2035.
Estamos comprometidos con esta ambición, como demuestran
nuestros nuevos diseños de
aviones libres de emisiones. Creemos que podemos ser
pioneros en el sector con socios
clave para hacer realidad los vuelos comerciales libres de
carbono. La década de 2020
encierra la promesa de un gran salto hacia una aviación sin
emisiones de carbono y los
Gobiernos están impulsando este propósito al comprometerse a
financiar la investigación
para conseguir una aviación sostenible.
Por ello, el debate en Europa y en todo el mundo necesita
una reformulación urgente. La
industria de la aviación está entrando en un período de
innovación sin parangón desde los
albores del transporte aéreo. La aviación tiene una huella
física reducida en el ecosistema:
los paisajes, la flora, la fauna y los cursos fluviales
naturales quedan intactos cuando las
aeronaves los sobrevuelan. ¿Y qué ocurre con otros sectores
del transporte? Por ejemplo,
las expectativas de lo que el ferrocarril puede lograr por
sí mismo han tocado techo en la
realidad actual. La red de alta velocidad de Europa sigue
estando fragmentada. En cambio,
la aviación ofrece a los pasajeros una amplitud de
conexiones sin comparación –8.600 rutas
directas entre ciudades solo en Europa– y un mayor alcance:
la distancia media de cada
vuelo en Europa es de más de 1.700 km, más de cinco veces la
longitud de la mayoría de
los viajes por ferrocarril. La aviación aporta todas estas
ventajas y al mismo tiempo, protege
la Tierra al sobrevolarla y preserva su ecosistema. De esta
manera tenemos la oportunidad
de ser aún más visionarios desde un punto de vista
ecológico.
Estos son tiempos difíciles e intensos para todos nosotros.
Mi mensaje para los legisladores
es claro: la aviación es una fuerza irremplazable para el
bien en el mundo y debe seguir
siéndolo en el mundo post pandémico.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario