Es la pregunta que debería hacerse a las autoridades,
dado que mientras los focos se vuelven inmanejables y los daños ambientales y
económicos cada vez son mayores, no han dado respuesta a la Fearca que ha
ofrecido de manera reiterada la colaboración de los aviones agrícolas para el
control del fuego.
Rosario, octubre de 2020- Desde la Federación Argentina de Cámaras Agroaéreas (Fearca) ponemos en conocimiento que tenemos la flota de aviones parada en distintos lugares del país mientras se queman miles de hectáreas en Córdoba, Chaco, Santa Fe, Corrientes y Entre Ríos.
Si bien los aviones agrícolas no cuentan con las prestaciones de grandes aviones hidrantes, sí pueden realizar una labor en conjunto a las autoridades y organismos pertinentes con el objetivo de terminar con los focos que se están activando día a día en varias regiones del país. Respecto a la compuerta específica para este tipo de labor, el piloto y presidente de la Cámara de Empresas Agroaéreas de Córdoba, Francisco Casajús, aclaró: “No tenemos específicamente lo que las autoridades dicen, pero tendríamos los aviones que podrían sumarse” y explicó: “podríamos sumarnos bajo la dirección de ellos y ponernos a disposición”. Además, Casajus opinó: “No buscamos ganar plata con esto, lo que hacemos es poner nuestra herramienta de trabajo a disposición”.
El Vicepresidente de Fearca, Diego Martínez sostuvo:
“Estamos comprometidos con colaborar pero no tenemos respuesta de parte de las
autoridades”. Cabe señalar que, hace dos años, la Cámara de Aeroaplicadores de
Córdoba realizó y envió una propuesta al gobierno provincial donde ofrecían su
colaboración con los requisitos básicos que se requieren, pero nunca obtuvieron
una respuesta. Hoy, la provincia está ardiendo y los aviones en tierra.
“Sentimos tristeza saber que tenemos en nuestros hangares los aviones parados y
podemos aportar un granito de arena ante esta situación tan grave”, sostuvo
Martínez y opinó que “si el convenio se hubiese firmado en 2018 hoy habría
entre 15 a 20 aviones disponibles”.
“Lamentamos la oportunidad perdida para colaborar de buena forma con nuestras autoridades en estas dantescas circunstancias”, enfatizó Martínez y resaltó: “con previsibilidad y coordinación, podríamos estar disponibles en el futuro para aportar en el control de estas lamentables situaciones, de mejor manera, siempre bajo la dirección y organización de las autoridades competentes”.
Cabe aclarar que las empresas agroaéreas distribuidas en
todo el país (que representan más de 200 bases de operación), cuentan con la
infraestructura necesaria, provisión de agua, combustible y podrían dar la
posibilidad de ser centros de operativos para la coordinación de las labores de
control de incendios.
Por su parte, Santiago Pereyra, bombero especializado en
incendios forestales de la provincia de Córdoba contó: “Hay incendios en zonas
donde es imposible ingresar vía terrestre y, en esos casos, se utiliza la vía
aérea para tratar de contenerlo, siempre y cuando los vientos nos permitan
poder volar”. Además, Pereyra dijo: “Quiero recalcar la importancia de los
recursos aeronáuticos que no es sólo la utilización del avión con agua y
retardandante, sino también como vigía”.
Graves consecuencias
En lo que va del año ya fueron afectadas 165 mil hectáreas
en Entre Ríos, 48mil en Córdoba, 35 mil en Río Negro, 28 mil en Santa Fe, 25
mil en Santiago del Estero y más de 23 mil en el Chaco. Esto da un total de más
de 325 mil hectáreas de campo y Áreas Naturales.
Eso significa graves daños ambientales y económicos. En lo
ambiental se trata de la pérdida de sustentabilidad de la tierra, porque al
perder la vegetación se favorece el deslave y, cuando venga la lluvia, toda la
ceniza que quede va a ser levantada y llevada por el viento lo que producirá
contaminación en el aire y, a su vez, va a ser llevada a los cauces de los ríos
generando contaminación. En zonas cordobesas, por ejemplo, el material residual
va a ser llevado hacia los lagos, lo que afecta la capacidad de los diques y
habrá menos agua para potabilizar y menos energía eléctrica.
Además, se ve afectada la flora, se puede ver el
desplazamiento de animales silvestres a zonas urbanas porque al quemarse su
hábitat buscan otro refugio.
Otra consecuencia directa es el humo que generan los
incendios lo que trae aparejado una reducción de la visibilidad en rutas y
caminos, además de la contaminación del aire en las localidades cercanas a los
focos.
En lo económico, es muy pronto para hablar de números, pero
sí está claro que todas las hectáreas productivas que fueron afectadas por el
fuego hoy no están produciendo y su recuperación podría llevar un tiempo
prolongado.
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