A veces la velocidad con que transcurre la vida diaria hace que lo verdaderamente importante nos pase por al lado, sin darnos cuenta. Y es así como no nos damos cuenta que aquello que debe perdurar como ejemplo de vida y de lucha, se nos va sin darle el debido reconocimiento.
TODALAAVIACION no es que se puso a bucear en la historia mendocina, solo tuvimos la fortuna de que la historia nos golpeara a la puerta.
BRUNO entendió de que la historia no debía quedar en el olvido, que debia darse a conocer para preservar nuestro legado mendocino de historia aeronáutica, tan rico que es el.
Y como comentábamos antes, Bruno Borras, desde San Rafael, nos acerco la noticia de que su madre, Dolores Irma Alvarez, había fallecido a los 94 años de edad en el sur mendocino.
Como preferimos que el recuerdo de Doña Dolores (Lola) siguiera vivo entre la comunidad aeronáutica mendocina, y viendo que no podremos expresarnos mejor que como lo hizo Bruno, vamos a transcribir lo expuesto por el hace unos días, en reconocimiento a su madre.
Esperamos haber contribuido con nuestro granito de arena en dar a conocer la vida de Lola, y debemos agradecer a Bruno Borras por habernos brindado tan buen resumen, el cual nos tomamos la libertad de publicar para dar a conocer algunos de esos detalles tan importantes en la historia aeronáutica nuestra!.
TODALAAVIACION no es que se puso a bucear en la historia mendocina, solo tuvimos la fortuna de que la historia nos golpeara a la puerta.
BRUNO entendió de que la historia no debía quedar en el olvido, que debia darse a conocer para preservar nuestro legado mendocino de historia aeronáutica, tan rico que es el.
Y como comentábamos antes, Bruno Borras, desde San Rafael, nos acerco la noticia de que su madre, Dolores Irma Alvarez, había fallecido a los 94 años de edad en el sur mendocino.
posando junto a su gran amor, el avión, compañero de vida. |
En 1946, Dolores Irma Álvarez, más conocida como Lola,
vivía justo en frente al Aero Club San Rafael. Tenía 20 años y
sentía un gran deseo de volar.
En aquella época las mujeres eran consideradas mayores
de edad a los 27 años, por lo tanto, para estudiar necesitaba la autorización
de sus padres.
Habló con sus padres, pero su madre Isolina Bertani se opuso
firmemente. lo cual le resultó muy frustrante para ella.
Solía contar que más tarde, su padre, Don Santiago
Alvarez, la llamó aparte y pese a lo dicho por su madre, él firmó todos los
papeles para que pudiera inscribirse.
Así fue como comenzó a tomar clases con Daniel Mini, un
hombre que dedicó toda su vida a la instrucción de vuelo.
Cuando se graduó como piloto civil, obtuvo la licencia de
piloto privado N° 848 y la patente nacional de piloto civil N° 2416.
Con emoción en sus ojos contaba la sensación de su primer
vuelo sola y lo revivía cada vez que lo mencionaba.
Entonces comenzó a hacer vuelos cortos y no tanto.
Una de sus anécdotas era referente a un viaje a San
Juan en donde, por un desperfecto tuvieron que aterrizar en una salina, caminar
hasta encontrar unos puesteros y de allí pedir ayuda.
Desde San Rafael vinieron al rescate, desarmaron las alas
del avión y todos volvieron a casa.
También la invitaban a cenas y convenciones donde
conoció a Santiago Germanó.
Ella solía contar muchas anécdotas de Santiago con
los instructores y pilotos.
Santiago realizaba un despegue tras el cual, apenas
levantado el vuelo, hacia un medio lupin (o rizo) para volver a pasar por toda
la pista, a muy baja altura en vuelo invertido.
En otra oportunidad, Santiago desafio a los otros pilotos a
pasar en vuelo rasante y levantar un pañuelo que estaba puesto sobre unos
arbustos. Era unos de esos grandes pañuelos blancos que los pilotos
acostumbraban a llevar al cuello.
Varios lo intentaron pero parecía imposible.
Había que inclinar el avión para rozar el arbusto con la punta del ala,
pero antes de que eso sucediera, el tren de aterrizaje rozaba el piso.
Finalmente Santiago lo hizo, pasando con el
avión invertido.
Santiago la invitó a aprender acrobacias y así lo hizo.
Lola aprendió a hacer lúpin (rizos), Toneau (toneles), tirabuzón (barrenos) y
caidas de ala aunque nunca llegó a competir. Esto para ella era
sobre todo el placer de volar.
En un viaje a Chile le dieron un título de piloto
honoraria de Chile, de lo que aún se conserva un brevet de piloto con la
escarapela chilena.
En 1951 fue nombrada reina de la aviación en una fiesta
de la vendimia, Creo que ese título fue único para aquella ocasión, porque
no tengo información que lo hayan dado a alguien más.
Después se casó, tuvo hijos y ya no volvería a volar
hasta sus 80 años en que, gracias a unos amigos de la EAA de
general Rodríguez volvió a subir a un avión y a reencontrarse con su
pasión.
Fue nombrada socia honoraria de aquella institución.
En ese entonces sucedieron varias cosas interesantes.
Allí, en la EAA había un avión experimental construido
a partir de la recuperación de las alas de aquel avión que volaba Santiago
Germanó. Eso representó una emoción muy fuerte para ella.
Entre las charlas, los pilotos jóvenes se asombraban de
sus anécdotas donde surgían cosas como el hecho de que, en aquellos
aviones (de 1946) el tablero solo tenía dos cuadrantes, uno para
combustible y otro de presion de aceite. Se volaba mirando la línea del
horizonte como única guía. También se asombraban cuando contaba que en la
caída de ala se elevaban hasta que el motor entraba en pérdida y
caía, cosa que hoy se corta antes por motivos de seguridad.
Para los pilotos más jóvenes fue como encontrarse
con un libro viviente de la historia antigua de la aviación, según ellos mismos
decían.
Por otra parte, uno de los pilotos allí presentes
resultó ser alumno de Daniel Mini. Lo cual llevó a muchas charlas y recuerdos,
pero lo más importante fue que ella obtuvo el teléfono de Daniel y pudo
mantener largas conversaciones con él hasta su fallecimiento hace algunos años.
Lamentablemente por su salud ya no pudo volar estos últimos
años.
Su reencuentro con el vuelo, en la EAA a los 80 años! |
Licencia de piloto... |
Reina de la Aviación, durante la Fiesta de la Vendimia de San Rafael. |
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