El Área Terminal BAIRES es un espacio aéreo que incluye
siete aeródromos controlados de aviación comercial, general y militar.
Tradicionalmente, atiende alrededor del 50% de todos los movimientos de
aeronaves de la Argentina y es una de las terminales de mayor movimiento de
América del Sur. El diseño y las operaciones de este espacio se están
modernizando para que trabaje como lo hacen otras terminales aéreas complejas
en los países más avanzados del mundo, con una menor carga de trabajo para los
Controladores de Tránsito Aéreo, mayor capacidad y previsibilidad en la
operación de las aeronaves.
En el aeropuerto Gobernador Francisco Gabrielli, de Mendoza,
especialistas de EANA y el consorcio internacional con el cual se lidera el
proyecto pusieron a prueba por primera vez la nueva concepción del espacio
aéreo con centro en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, incluyendo al
Aeroparque Jorge Newbery, Morón y San Fernando, entre otros de su región
circundante.
El ensayo se llevó a cabo en el simulador de tránsito aéreo
que EANA posee en Mendoza, una instalación muy avanzada que comparte diversas
características con el sistema de gestión de tránsito aéreo que se instalará en
Buenos Aires y permitió representar muy bien las características futuras y
filosofía operativa del Nuevo TMA BAIRES.
Conocida como RTS por su sigla en inglés, la simulación
apuntó a evaluar, entre otros aspectos, los nuevos procedimientos
instrumentales de vuelo y la interacción entre los controladores de tránsito
aéreo de la Terminal de BAIRES. Esto permitirá realizar ajustes al nuevo diseño
a medida que avance la ejercitación. El gran cúmulo de información obtenida
será analizado por el equipo de diseño.
Esta experiencia de validación de los criterios de mayor
seguridad operacional y fluidez para la circulación aérea tuvo carácter
federal, aunando recursos humanos y técnicos de la Región de Información de
Vuelo (FIR) Mendoza, del TMA BAIRES y de distintas áreas de EANA. Realizada en
forma presencial, la prueba facilitó la labor conjunta de quienes por lo
general se coordinaban sólo a través de los sistemas de comunicación.
Participaron, además, del desarrollo de los trabajos
distintas autoridades aeronáuticas. Con esta simulación, que culminó con éxito,
EANA completa un hito más de la fase de Validación; enmarcado en las
actividades establecidas a tal fin por la Organización de la Aviación Civil
(OACI), organismo de las Naciones Unidas.
El TMA BAIRES
El proyecto del rediseño es liderado por EANA junto con
Indra/ALG y un consorcio multinacional formado por las empresas Tetra Tech
(EE.UU.), DFS Aviation Services (Alemania) e IDS Airnav (Italia). Los
subcontratistas son líderes de mercado en cada una de las etapas planteadas
para el proyecto y poseen amplia experiencia en el desarrollo de espacios
aéreos complejos como el TMA Baires.
Su rediseño plantea desafíos interesantes en virtud del
grado de modernización al que aspira EANA, ya que se trata de un espacio aéreo
definido hace medio siglo. En lo que hace a la aviación general y la navegación
aérea visual, el espacio aéreo ofrecerá una mayor libertad, con mayor fluidez
en las operaciones. Asimismo, se buscará maximizar las operaciones de la
aviación general con nuevos procedimientos, que mejoren los flujos de tránsito
actuales.
El nuevo concepto de espacio aéreo impulsado por EANA apunta
a satisfacer el crecimiento de la demanda en forma segura y ordenada, siguiendo
lineamientos tales como:
o Trayectorias
de vuelo más consistentes, transiciones continuas y aproximaciones
estabilizadas.
o Equidad
para los diferentes usuarios del espacio aéreo.
o Mayor
accesibilidad y conectividad del espacio aéreo.
o Aumento
en la accesibilidad de los aeródromos en un espacio aéreo de alto volumen de
movimientos.
o Mayor
predictibilidad en las operaciones, con mejoras en la planificación para todas
las partes interesadas.
o Mayor
disponibilidad de trayectorias, con menos convergencias en los puntos de cruce.
o Reducción
de la carga de trabajo tanto del controlador de tráfico aéreo (ATC) como del
piloto.
o Flujo
armonizado de tráfico de llegada en función de los recursos del terminal y de
pista disponibles.
o Reducción
(en la medida de lo posible) del tránsito en áreas sensibles al ruido;
o Mayor
certidumbre en la estimación del tiempo esperado de arribo (ETA).
o Aprovechamiento
de los beneficios de la navegación de área (RNAV) y el uso flexible del espacio
aéreo para reducir trayectorias, tiempo de vuelo y consumo de combustible.
o Uso
eficiente de los recursos del espacio aéreo.
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