Es el segundo título de la sub-colección hidroaviones de la
Armada Argentina. El primero, Serie Aeronaval n°25 enfocado a los hidroaviones
de casco de origen estadounidense a partir de 1946, el segundo el n°34 dedicado
a los hidroaviones de casco de origen inglés. El tercero previsto para el 2017,
los hidroaviones de casco de construcción italiana (Macchi/Nieuport M.7, M.9,
Savoia Marchetti S.57, S.59/S.59bis & CMASA-Dornier). La ultima edición,
los hidroaviones norteamericanos hasta 1945 (Curtiss Sea Gull, HS-2L, F5-L;
Douglas Dolphin & Consolidated P2Y Ranger).
En menos de dos décadas desde creación, el Servicio de Aviación
Naval, se transformó en la fuerza aeronaval más respetable a nivel regional.
Solamente la Aviação Naval brasileira –que casualmente también celebra este año
su centenario- era equiparable. Indudablemente el desarrollo se reflejaba en la
calidad y cantidad de los medios aéreos. En 1922 se encaró la compra de “botes
voladores” Vickers Viking de fama mundial por sus record de velocidad y
características avanzadas, como ser tren retráctil. Fueron destinados a la
Estación Aeronaval Puerto Belgrano. Tiempo después se incorporaron aviones de
la River Plate, volando desde Punta Indio.
Luego llegó el turno de los Supermarine Southampton probablemente el mejor
avión de patrulleros de su época, algo así como decir hoy el Boeing P-8
Poseidon. Solamente el Coastal Command de la RAF tenía esta aeronave, que le
cedería uno a Australia. Magníficamente equipados -con el mismo standard
inglés- fueron los aviones militares más grandes del país. Su capacidad de
volar hasta nueve horas, hizo posible los vuelos de patrullaje costero. La
asociación con la Supermarine Vickers, continuó con los Walrus de los cuales la
Armada Argentina junto a la Royal Navy y la Royal Australian Navy fueron los
clientes iniciales. Aunque llegaron como dotación del crucero escuela “La
Argentina”, también fueron utilizados desde transportes navales durante dos
campañas antárticas. Paradójicamente con los Walrus embarcados en los cruceros
de la clase” Almirante Brown “se hicieron vuelos de exploración sobre una
flotilla inglesa. El Walrus fue el último hidroavión de casco inglés. Ya que no
prosperó la venta de los Shorts Sunderland ex RAF, en la década del cincuenta.
En esta monografía el autor, nos ofrece en forma compacta la
desconocida historia operativa de estos hidroaviones. Será una obra de
referencia, que presenta por primera vez aspectos desconocidos, corrigiendo lo
poco publicado hasta el momento. Como siempre el texto es complementado por
imágenes y una selección de excelentes perfiles color realizados por Marcelo
Morard.
Ciertamente un merecido homenaje al centenario Comando de Aviación
Naval.
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