Aviones ejecutivos Phenom 100 despegan y aterrizan a cada momento en la pista más grande de América Latina, de 5 kilómetros de extensión. Es donde Embraer realiza las pruebas de sus nuevos modelos y donde tiene otra planta de ensamble, dedicada a las naves ejecutivas y militares, que se suma a la principal ubicada en Sao José dos Campos. Esa febril actividad sólo se puede entender si se considera que tras su quiebra, en 1991, el Gobierno salió al rescate de Embraer y la colocó en Bolsa en diciembre de 1994. Luego, la asoció mediante contratos de riesgo con poderosos fabricantes del mercado de componentes.Así despegó la empresa: de la mano de los expertos tecnológicos como la británica Rolls-Royce y la estadounidense GE que le proporcionan turbinas; de Honeywell, que provee los instrumentos de navegación, y BMW que fabrica los asientos y vestiduras.En Gaviao Peixoto, Embraer invirtió 175 millones de dólares en 90 mil metros cuadrados de área industrial que incluyen la pista, hangares para armado y pintado final.Es aquí donde el Phenom 100 necesita mil horas de vuelo para que sea certificado y empiece a venderse. Muchos de los nuevos modelos volarán en cielo azteca."Nuestros aviones tienen un perfecto tamaño para el mercado doméstico de México, las aerolíneas de bajo costo tienen aviones muy grandes, la competencia entre ellos está muy fuerte, están compitiendo en las mismas rutas, y como nuestro avión es de una capacidad menor, puede hacer muchas frecuencias", dice Alex Glock, vicepresidente de Mercadotecnia y Ventas de Embraer para America Latina.Para una ocupación óptima de la ruta, en beneficio de las aerolíneas de bajo costo, refiere que Embraer fabrica aviones de 50, 70, 98, 120 asientos, o los que pida el cliente, justo la capacidad adecuada para el mercado.Los aviones regionales que fabrica Embraer son los adecuados para un mercado como el mexicano, en el que vuelan aviones grandes pero que sólo se ocupan al 60 por ciento, con poco más de 100 pasajeros en promedio, explica Glock, quien concede la entrevista justo cuando atiende a directivos de Aeroméxico.De hecho, Aeroméxico Connect opera 28 aviones Embraer 145 y cuatro Embraer 190, unidades que opera en promedio 11 horas diarias, resalta el directivo, quien en su oficina tiene estos modelos en miniatura.Glock señala que Embraer posee 89 por ciento de este tipo de mercado en América Latina, de aviones de una capacidad de entre 30 a 120 asientos, y esperan mantener el liderazgo.La competencia en la región aumenta y obliga a las aerolíneas a optimizar el tamaño de su flota a fin de proporcionar mejores niveles de servicio.Sin embargo, muchos mercados latinos, 56 por ciento, aún son operados por una sola aerolínea y representan oportunidades para nuevos competidores, explica Embraer en las prospectivas.Para atender a sus clientes en México, Embraer tiene un centro de mantenimiento en Nashville, Tennessee, y distribuidores de partes en Miami y México, como parte de su estrategia de negocios.Aquí, en la unidad de Gaviao Peixoto, Embraer ensambla también sus modelos militares, pero a puerta cerrada, a petición de los gobiernos que piden no exponer los detalles que tendrán los aviones, pues esta planta recibe clientes y periodistas todo el tiempo.
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