Por el corresponsal Naval Pablo Marcelo ARBELETCHE
El
vicealmirante Marcos A. Zar murió el 19 de septiembre de 1955.
Fue
una de las figuras más prominentes de nuestra Aviación Naval; nació y vivió en
una época de grandes cambios, y como él tenía espíritu de vanguardia y alma
audaz de pionero fue aviador naval.
Durante
su vida se libraron dos guerras mundiales y se descubrió la penicilina, se
inventaron la radio, la televisión y la aviación; se inició la era atómica, y
en su primera juventud la Argentina alcanzó su máximo de importancia y
consideración en el mundo. Era un país joven, poderoso y con un desarrollo
extraordinario. Luego se detuvo; sin embargo, él siguió siendo un continuo
triunfador.
Cuando
comenzó a volar, los aviones aún tenían la fragilidad propia de su escaso
desarrollo; poco antes de morir, había alcanzado a ver los superaviones de
reacción.
Cuando
él se inició, volar era una aventura peligrosa y simple; luego terminó siendo
casi una rutina, aunque mucho más complicada técnica y operativamente.
Condecoraciones
de varios países, la Base Aeronaval de Trelew que lleva su nombre con toda
justicia, y la veneración de la gente de su arma y de la Armada, son parte del
reconocimiento de la posteridad.
El
29 de noviembre de 1956, por Decreto-Ley Nº 21578, se lo reconoció como uno de
los Fundadores de la Aviación Naval, y años después, el 21 de enero de 1970,
otra ley, la Nº 18559, le otorgó el título de Benemérito de la Aeronáutica
Argentina por haber acreditado méritos extraordinarios como forjador de la Aviación
Naval.
Este
gran marino y aviador naval dejó impreso el sello de un gran valor: “servir a
la patria desde el mar”
FUENTE DE INFORMACION
Crónica Histórica de la
Aeronáutica Argentina (Tomo II)
Colección Aeroespacial
Argentina Año 1969
Tomos I y II Historia de la
Aviación Naval (Pablo E. Arguindeguy – Buenos Aires 1981)
Revista MACH 1 (Circulo
Profesional de Aviadores Navales)
Archivo Personal
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