Los P-2
Neptune fueron sin dudas aeronaves
especiales en la historia de la Aviación Naval Argentina. Adquiridos de segunda
mano -con alrededor de seis años de
antigüedad- conformaron la Escuadrilla Aeronaval de Exploración, que tuvo el
desafío de operar aviones con sofisticado equipo electrónico (acústico,
contramedidas electrónicas, comunicaciones) además de un potente radar de
exploración, el AN/APS-20. Los Neptune
fueron uno de los instrumentos más aptos para afianzar la soberanía nacional
sobre las vastas extensiones del Mar Argentino; así como en las aguas
antárticas, con los vuelos glaciológicos -en épocas que no existían satélites.
A título personal, el Neptune trae recuerdos imborrables de mi vida: como el
del nombre “Jorgito” escrito en la proa del 040X/2-P-102 por mi papa; o de
aquellos meses, en que lo acompañé en la reconstrucción del SP-2H 0708/2-P-112.
Puntapié inicial, en la creación del MUAN. También evoca en mi memoria los
nombres familiares de tripulantes como Olguín, “Agapito” Olivera, “El Pájaro”
Álvarez, “Sábana Loca” Arró,”El Negro” Brizuela, el Capitán Corti, el Capitán
Balbo (que firmó una recomendación para mi ingreso a la EAM), el Capitán
Falcone, y un largo etc. Los Neptune,
fueron relevantes en la historia aeronaval de las Islas Malvinas, antes y
durante la guerra misma.
El P-3 Orion,
sucesor de los P-2 Neptune fue una
aeronave largamente anhelada por la Aviación Naval. Tuve mi primer contacto con
uno de estos aviones, al abordar un P-3 del VP-16”Eagles” -cuando no, junto a
mi papa- durante el Unitas XI en Comandante Espora. A los ojos de un niño de
diez años, esa era “una nave espacial”. Luego de varias gestiones sin éxito,
fue posible incorporar media docena de P-3B TAC/NAV Mod a la Escuadrilla
Aeronaval de Exploración. La historia reciente del Orion en la EA6E, es la
historia de un gran esfuerzo por
mantener y mejorar las prestaciones de este extraordinario avión, frente a la
casi indiferencia absoluta dada por las míseras asignaciones presupuestarias.
Gracias al empeño de la Aviación Naval fue posible evolucionar desde un avión
para control pesquero, a una plataforma con capacidades ASW/ASuW.
En esta trigesimoquinta edición de la colección Serie
Aeronaval se ofrece una detallada historia operativa del Neptune y de su
sucesor el Orion, con la Escuadrilla Aeronaval de Exploración. Se han
incorporado nuevos datos, imágenes así como excelentes perfiles. Además para completar el panorama regional,
se agregaron una decena de páginas dedicadas al empleo de estas aeronaves por
la Forca Aérea Brasileira y la Armada de Chile. En la realización de esta obra,
han contribuido gran cantidad de colaboradores tanto de Argentina, como de
EE.UU, Brasil, Chile y Holanda. La calidad del material gráfico, de esta obra
es uno de los puntos a destacar.
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