El fabricante brasileño de aviones Embraer informó el martes que había renunciado al proyecto de aumentar la capacidad de su gama de aparatos de uso civil para competir con Airbus y Boeing, pero dio parte de sus ambiciones en materia de defensa.
El tercer fabricante mundial de aviones estudió durante dos años un proyecto de avión regional de 130 a 160 pasajeros (su gama actual tiene 120 asientos), como alternativas a los aparatos de ese tipo de sus competidores europeo Airbus y estadounidense Boeing.
Pero "ya no encaramos el desarrollo de ese aparato", declaró el presidente de la división de aviación comercial de Embraer, Paulo Cesar Silva, a la prensa especializada en París. "Hemos hecho estudios de mercado, hablado con muchos clientes (...) y no vemos justificación económica para ese proyecto", agregó.
Airbus y Boeing se aseguraron la preponderancia de gran parte de ese mercado con sus modelos de aviones monocorredores A320 Neo y B737 MAX, y a la firma canadiense Bombardier le cuesta implantarse en ese segmento con su CSeries, recordó Silva.
Embraer se propone en cambio "remotorizar la gama de E-jets, para mantener nuestra posición líder en el segmento de aviones de 70 a 120 pasajeros", prosiguió el ejecutivo de la compañía brasileña.
Los primeros modelos, apodados G2, rediseñados y remotorizados para reducir el consumo de combustible, deberían entrar en servicio en 2018. Los nuevos reactores se escogerán antes de fin de año.
Embraer propone cuatro modelos de aviones regionales (E170, E175,190 y E195). En los últimos ocho años, procedió a la entrega de 823 aparatos y tiene encargados otros 240.
La aviación comercial representa el 65% del volumen de negocios de Embraer y seguirá siendo su principal actividad, delante de los aviones privados, indicó Silva.
División Defensa.
Pero Embraer tiene otros proyectos. En 2010, creó una División de Defensa que representaba en ese momento un 7% de su volumen total de negocios pero que espera llevar a un 16% en 2012 y a entre 20% a 25% en 2020, según anunció el jefe de la División Defensa y Seguridad de la firma, Luiz Carlos Aguiar.
Embraer es el fabricante de los turbopropulsores de entrenamiento y lucha antiguerrillera Super Tucano, de los que vendió 182 ejemplares a una decena de países.
En 2011, ganó una licitación para la venta de 20 aparatos de ese tipo a la Fuerza Aérea de Estados Unidos, que sin embargo canceló el contrato en febrero de 2012 debido a cuestionamientos del fabricante estadounidense Hawker Beechcraft, eliminado en la selección. Eembraer se presentó a una nueva licitación, pero Aguiar se negó a evaluar las posibilidades de ganarla.
Embraer también se lanzó al mercado de aviones de transporte militar y propone un sucesor al C-130 de Lockheed Martin: el KC-390, capaz de transportar 23 toneladas, que debería realizar su primer vuelo en 2014 y entrar en servicio en 2016. La empresa apunta a conquistar de 16% a 18% del mercado mundial, que estima en 700 aviones y 50.000 millones de dólares.
Pero sus ambiciones son mayores. La firma de Sao José dos Campos (Estado de Sao Paulo) quiere articular dos grandes proyectos gubernamentales: el del primer satélite de comunicaciones fabricado en Brasil y el despliegue de un sistema de vigilancia de fronteras.
Para tratar de incorporarse a la fabricación del satélite, de un costo estimado de 400 millones de dólares, Embraer creó una empresa conjunta con la firma de telecomunicaciones Telebras. El satélite tendrá funciones civiles y militares y deberá ser puesto en órbita hacia fines de 2015, precisó Aguiar.
La vigilancia de los 17.000 kilómetros de fronteras terrestres de Brasil requerirá por su lado el despliegue de un sistema que incluirá observaciones de satélite, radares, aviones teleguiados, sistemas de mando y vehículos blindados, un proyecto evaluado en 4.000 millones de dólares escalonados en diez años.
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