viernes, julio 19, 2013

Un juez subasta por 2,1 millones un Jumbo del empresario yeclano Isidoro Romero




Un avión Boeing 747 Jumbo, que llevaba inmovilizado en las pistas del aeropuerto de Manises desde 2009, ha sido subastado por 2,1 millones de euros. El Juzgado de lo Social número 2 de Santa Cruz de Tenerife ejecutó en abril la subasta de la aeronave que, además, se encontraba precintada por la Guardia Civil a causa de las deudas de la empresa propietaria, Pronair Airlines.
Esta compañía tenía como administrador único a Isidoro Romero López, un empresario murciano vinculado a la construcción (Pronain Gestión Inmobiliaria), que también era administrador único de una empresa de aerotaxis (Taxi Flight Group) y expresidente del club de fútbol Yeclano Deportivo.
Isidoro Romero empezó en los negocios en una industria dedicada a la producción de materiales prefabricados para la construcción que vendió al grupo alicantino Forte. Siguiendo el ejemplo de la familia Serratosa, que a mediados de los noventa creó Air Nostrum con los beneficios obtenidos de la venta de una empresa cementera, dedicó el dinero que cobró del traspaso de su fábrica al negocio aéreo.
Para ello constituyó en octubre de 2006 Pronair. La compañía c comenzó a operar en 2007 en el transporte de pasajeros con dos aviones Mc Donell Douglas 87. Posteriormente adquirió a Air France dos aviones 747-200 Jumbo de carga por un importe de 60 millones de euros y estableció su base en el aeropuerto de Valencia, donde abrió una línea de mercancías entre Manises y China con escala en Alemania. Cada uno de los aparatos contaba con una capacidad de carga de 105 toneladas. El objetivo de Pronair era captar el 25% de la carga de exportación del aeropuerto, según se indicó durante su presentación oficial en Manises el 24 de enero de 2008.
Entonces anunciaron que los vuelos tenían comprometidos un índice de carga superior al 75 % para viajar hacia Asia y un 100 % de vuelta a Valencia. Sin embargo, Pronair solo utilizó uno de los Jumbo. La crisis y la subida del precio del combustible la arrastró al mismo destino que otras quince compañías aéreas españolas: el cierre.
El Jumbo 747 aterrizó en Manises para no volver a despegar. Quedó inmovilizado en 2009 debido a problemas económicos y a la avería de uno de sus motores que no llegó a repararse. El avión de Pronair se sumó entonces a otros cinco aviones Airbus, propiedad de Iberia, que también estaban aparcados en el aeropuerto, enfrente de la terminal, pero que finalmente fueron vendidos.
De la otras aeronaves se desconoce su paradero, al igual que el del administrador de Pronair. Una resolución del Juzgado de lo Social número 2 de Valencia de enero de 2010 daba a Isidoro Romero en "ignorado paradero". La empresa ya había sido demandada por algunos trabajadores.
Otra de sus firmas, Taxi Flight Group, de aerotaxis, se declaró ese mismo año en concurso de acreedores, con 17 reclamaciones administrativas de la Seguridad Social y dos de Hacienda pendientes y terminó siendo liquidada a mediados de 2011 tras acumular una deuda superior a los tres millones de euros.
Expedientado por una subvención
El administrador único de Pronair Airways, Isidoro Romero, ya fue expedientado en 2007 por la Dirección General de Deportes de la Región de Murcia, por no justificar en qué había gastado una subvención de 125.000 euros que le había concedido la Administración en 2004, cuando era presidente del Yeclano Deportivo.

Al incumplir la cláusula del convenio que obligaba al club a explicar el destino de la ayuda, Deportes le exigió el pago de la cantidad percibida y un interés de demora.

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