viernes, julio 03, 2009

Dudas y fricciones en la estatizada Aerolíneas


La salida de Ricardo Jaime alteró el esquema de poder dentro de Aerolíneas Argentinas, la compañía que fue estatizada por el gobierno de Cristina Fernández pero cuyas acciones todavía siguen en poder del grupo Marsans. Las negociaciones con Marsans para resolver ese traspaso, sin apelar a la expropiación judicial, estaban a cargo de Jaime.
El ex-funcionario conversó con Marsans el traspaso de un contrato de compra de "15 o 20" aviones Airbus, a condición de firmar la paz con la compañía española. Pero, al momento de renunciar Jaime, todavía no hay un agente financiero dispuesto a pagar un anticipo de US$ 300 millones, que Aerolíneas no tiene. También en su despacho nació el esquema de "paz social" que los gremios aeronáuticos mantienen desde el 9 de julio de 2008.
Jaime había tejido una alianza táctica con el gremio de los pilotos de Aerolíneas (APLA) con el cual avanzó en la estatización de la compañía. En el último año hubo unas pocas medidas de fuerza encubiertas. En los dos años previos, había un paro cada tres semanas. Un dato: el titular de APLA, Jorge Pérez Tamayo, y el director de Aerolíneas, Julio Alak, no se hablan sino a través de terceros.

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