jueves, abril 23, 2009

Aeropuerto Eldorado sería derribado en 2012



Pese a que su demolición está firmada, Sociedad de Arquitectos comenzó gestiones para que se mantenga en pie. Fue el 14 de marzo del año pasado. El edificio del aeropuerto internacional Eldorado quedó condenado a muerte.
La sentencia tuvo forma de acuerdo, un trato entre el Gobierno Nacional, la Aeronáutica Civil y el concesionario Opaín, el encargado de las obras que darán un nuevo rostro al transporte aéreo en la ciudad.
Sus cimientos no resultaron compatibles con los planes de modernización proyectados, por lo que fue necesario construir otro edificio en lotes externos que acunaran la nueva estructura. Eldorado, levantado desde 1959 y próximo a cumplir medio siglo de funciones, será demolido apenas los trabajos de construcción del nuevo edificio finalicen.
Será en 2012, una vez que se cumplan los plazos iniciales. No obstante, frente a la eventual demolición, una organización, la Sociedad Colombiana de Arquitectos (SCA), está resuelta a evitar que las paredes y los ventanales del edificio, con su gran antena giratoria siempre alerta, y con el nombre recordatorio de que en algún tramo de la era colonial los españoles hablaron de un enorme tesoro sumergido en la Laguna de Guatavita (la leyenda de El Dorado), sean convertidos en polvo. Aunque la decisión ya esté firmada, la SCA vislumbra una vía posible de salvación, un recurso que apelaría de inmediato la sentencia: el edificio de Eldorado tendría que convertirse en un Bien de interés cultural.
Sin embargo, recurrir a una declaratoria de conservación, que en este caso dependería de la Dirección de Patrimonio de la Secretaría de Planeación, sería algo así como declararle la guerra a Opaín, que además cuenta con las herramientas legales adquiridas en aquella reunión del 14 de marzo de 2008 con la firma de los acuerdos que dispusieron que los terrenos sobre los que hoy se sostiene el aeropuerto serán destinados a servir de parqueadero a cerca de seis aviones en los próximos años.
Desde esta perspectiva, la otra opción que se perfila posible para evitar la demolición sería la del hallazgo de una salida conciliada, en la que Opaín accediera a conservar el edificio, dándole un uso diferente, como el de un hotel o el de un centro comercial, sólo por citar unos ejemplos.
“Nosotros estamos dispuestos a dar la pelea para proteger el edificio”, asegura Jimena Samper, presidenta de la regional de Bogotá de la SCA, quien además explica que el afán de la sociedad, que a primera vista podría parecer tardío, se sustenta en que Eldorado atesora valores arquitectónicos, históricos y culturales que merecen permanecer en pie. Una de las exigencias para el derrumbamiento del edificio, según lo pactado, consiste en que la nueva estructura cumpla con el 100% de su funcionamiento.
Por lo tanto, la continuidad o el derribamiento del edificio antiguo es literalmente una cuestión de tiempo. Poco más de dos años.
Fuente: http://www.elespectador.com

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