jueves, marzo 19, 2009

AEROLINEAS ARGENTINAS ........

Los Kirchner agotan los cartuchos de Aerolíneas Argentinas con Moncloa......
La mesa está puesta desde hace semanas para el acto final entre Marsans y la Casa Rosada. El tango final debía haberse bailado antes de marzo, pero entra y sale de la nevera al compás de Cristina Fernández, que no encuentra ni los 2.000 millones de dólares para la compra de entre 30 y 40 aviones a Airbus a cambio de la paz del Ciadi por parte de Marsans, ni las aeronaves para suplirlos. El secretario de Estado de Transporte trató de jugar las compensaciones en el tejado de Zapatero y hacérselas mover entre los bancos españoles con intereses en Argentina, pero no le funcionan. Los euros españoles no bautizarán el acto final de Aerolíneas Argentinas y Austral. La última pelota la mueve el embajador Carlos Bettini, a instancias del ministerio de Planificación. Hay prisas en Buenos Aires ahora que tienen la fábrica de Lookheed Martin en la mano. La inercia no acompaña a Aerolíneas ni a los Kirchner: las provincias presionan con nuevas rutas; Boeing con aviones alquilados y Embraer con contraofertas.
La operatividad de Aerolíneas también. El Gobierno le ha destinado ya 300 millones de dólares para cubrir sus pérdidas mensuales y aunque se empeñe en mantener la guerra en el congelador, ni Marsans quitará las denuncias del Ciadi ni Buenos Aires podrá consumar la expropiación mientras perdure el tiempo muerto.
Juraban que estaba listo, con carácter de "juicio sumarísimo”, pero a los Kirchner se les pasa el acuerdo final de paz con Marsans. El fleco de un compromiso de inversión de no menos de 2.000 millones de dólares, a pagar en un plazo de diez a quince años y el reembolso de la señal para Marsans se le atragantado a la Casa Rosada y trata de que se le atore también a los españoles. Buenos Aires gana tiempo y amenazas, pero no todas. Los Kirchner tampoco han llegado a un acuerdo directo con Airbus: sin dinero en mano no es fácil convencer a Pierre Gallois. Presionan a Madrd en las espaldas de Gonzalo, con las alas prestadas de Boeing y sus 10 aviones alquilados para renovar entretanto la flota. A Airbus le corre tanta prisa como a Aerolíneas, las provincias argentinas esperan y las nuevas rutas desde la capital son la ofrenda de paz de la presidenta con los líderes locales: ya han comenzado a volar a favor del peronismo a Río Negro, Posadas y Chubut para empezar.
El gobierno argentino vuelve a mirar a Madrid por los ojos de Aerolíneas y los de Boeing. Cristina Fernández se dribla solita, con las zancadillas de la memoria, las de la financiación y el laberinto de compromisos que se enredan y se neutralizan entre sí.. Aerolíneas y su subsidiaria Austral tienen aparcados en el aeropuerto de Ezeiza, el principal de Argentina, 25 aviones -entre propios y alquilados- que no pueden volar por su antigüedad o su falta de mantenimiento. La Casa Rosada presiona con el fuera de juego, trata de que Madrid ponga el dinero, ella las prisas y Toulouse los aviones. Para Airbus, el contrato con el Grupo Marsans para Aerolíneas Argentinas y Austral Líneas Aéreas implica al menos el 15% del total de aviones que espera vender la empresa en América latina hasta 2012.
Brasil y las promesas de Embraer para salvar su propia crisis -aviones más baratos para Argentina antes de octubre- les ha hecho recordar que, a lo peor para Gonzalo, no todos los cielos de Aerolíneas Argentinas miran a Airbus. La fábrica de Lockheed Martin que acaba de renacionalizar en Argentina y de bautizar como Brigadier San Martín (después de dos años con el dossier paralizado) se encarga ya del mantenimiento de las aeronaves de Arolíneas, pero los Kirchner quieren más. Hacer de ella el suministrador de sus nuevos aviones les permitiría además firmar la paz con la provincia de Cordoba, que pide sitio en la estatalización. Si los caminos de Airbus no se enderezan está llamada al entierro de las pretensiones de Marsans. Se encargan, día tras día, de hacérselo saber a Gonzalo Pascual y Díaz Ferrán.

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