viernes, febrero 13, 2009

La defensa antiaérea rusa como argumento de cabildeo en el sector militar occidental

Ilia Kramnik, RIA Novosti. Expertos militares del centro de Investigaciones Air Power Australia publicaron recientemente una investigación que la que afirman que la actual aviación de combate de la mayoría de países occidentales no puede contrarrestar los sistemas de defensa antiaérea (SDA) rusos de nueva generación.
La investigación indica que los nuevos sistemas S-300 y S-400 no dejan posibilidades de supervivir a los cazas de cuarta generación como los F-15, F-16, F/A-18 e incluso el recientemente creado caza ligero de quinta generación F-35.
De acuerdo a los expertos australianos, el único caza en capacidad de contrarrestar los sistemas de la categoría S-300 es el caza estadounidense F-22 Raptor, que supera considerablemente al F-35 en carga de desplazamiento, complejidad de los equipos a bordo y lógicamente, en el precio.
Al valorar la mencionada investigación es necesario recordar que los informes destinados a demostrar el retraso de los países occidentales en uno u otro campo de la tecnología militar frente a la URSS o Rusia aparecieron y continúan apareciendo con relativa regularidad.
Por lo general, la frecuencia con que aparecen dichos informes aumenta en los periodos cuando se debate el futuro de programas militares de alto costo.
En la década de los años 50 los expertos militares occidentales atemorizaron a la opinión pública con los bombarderos soviéticos, en los años 60 con los submarinos nucleares, en los años 70 con los tanques de blindado especial, en los 80 con los misiles balísticos, y si sucesivamente.
Las causas de estas campañas son evidentes y están estrechamente vinculadas a los mecanismos de trabajo de los parlamentos en los países occidentales.
El desarrollo del potencial militar requiere ingentes asignaciones de fondos y para que los diputados voten a favor de las partidas correspondientes, es necesario argumentar su voto con ayuda de informes convincentes elaborados por expertos.
Por otra parte, sería impreciso considerar que estas investigaciones sean instrumentos de propaganda para asustar al ciudadano común. Estos informes contienen información correcta a pesar de en algunas veces no revelan toda la información que la sociedad está en derecho de conocer.
El documento publicado por los expertos australianos destaca con acierto la supremacía de los sistemas de cohetes de defensa antiaérea de producción rusa ante los modelos análogos occidentales existentes y en perspectiva.
En cambio omite que las posibilidades de los SDA de contrarrestar a las flotillas de aviones de combate también depende de la existencia de otros recursos de guerra complementarios como misiles, radares de detección temprana, flotillas de cazas interceptores y grupos de caza pesados de combate en capacidad de contra atacar al adversario en su espacio aéreo y neutralizar sus bases.
En el caso contrario, la neutralización del cualquier sistema SDA por potente que sea es cuestión de tiempo con el gasto y la pérdida de técnica y armamento en cantidades permisibles.
A consecuencia de su ubicación geográfica, en el próximo decenio, la Fuerza Aérea Australiana difícilmente tendrá que combatir contra adversarios poseedores de sistemas SDA como los rusos. Por esa razón, para los australianos no tiene mucha importancia las investigaciones y declaraciones de los expertos sobre las ventajas de los sistemas rusos frente a los F-35.
A no ser que esto, sirva para pedir rebajas al momento de comprar partidas de los mismo F-35.
Para Estados Unidos la controversia planteada por los expertos australianos tiene una importancia clave por que en la actualidad se discute el destino del programa más ambicioso de la Fuerza Aérea el caza F-22 Raptor, el caza de quinta generación más poderoso y también el más caro del mundo. Según algunas fuentes, el costo del avión es superior al peso del aparato en oro.
El asunto es que existe el riesgo de que se suspenda la compra de los F-22 para la Fuerza Aérea Estadounidense lo que en un instante dejaría a sin un negocio muy lucrativo a varios grupos y clanes de "señores de mucha influencia".
Por esta razón, cualquier documento hecho por expertos que demuestren la necesidad de seguir comprando los F-22 tiene y tendrá mucha demanda.

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