jueves, diciembre 18, 2008

Argentina: expropiación y demanda

El Senado argentino convirtió este miércoles en ley la expropiación de Aerolíneas Argentinas, cuyo accionista mayoritario es el grupo español de turismo Marsans.
Inmediatamente después, Marsans informó que solicitó el arbitraje del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi), que depende del Banco Mundial.
Asimismo adelantó que, en caso de no llegar a un arreglo, presentará una demanda contra el Estado argentino por alrededor de US$1.000 millones.
En un comunicado, Marsans dijo estar "en completo desacuerdo con la confiscación de las acciones de la compañía resuelta por el Congreso".
La reestatización de Aerolíneas Argentinas, que se encuentra en una situación financiera y operativa crítica, ya había sido avalada por el Congreso en septiembre.
Sin embargo, diferencias entre las partes sobre la valuación de la empresa y su subsidiaria Austral, que opera vuelos domésticos, llevaron al gobierno de la presidenta Cristina Fernández a pensar en la expropiación.
Para Argentina, la firma tiene un valor negativo de US$832 millones, mientras que para Marsans cuesta unos US$400 millones.
La norma que admite la confiscación de la compañía aérea había sido aprobada por la Cámara de Diputados a principios de diciembre. Ahora se espera que la Fernández la promulgue para avanzar en la expropiación.

Por "un peso"
La ley sancionada este miércoles declara a Aerolíneas Argentinas de "utilidad pública", lo que otorga al Estado la facultad de apropiarse de ella realizando el pago simbólico de "un peso" (US$0,29) a Marsans.
También estipula que sólo se asumirá la "deuda legítima" de la empresa, es decir, unos US$500 millones de un total de US$890 millones.
Asimismo, garantiza la continuidad de las operaciones y de los puestos de trabajo, y obliga a la nueva administración a presentar un plan de negocios en un plazo de seis meses.
La presidenta Fernández se propuso nacionalizar -y ahora expropiar- Aerolíneas para sanearla.
Esta compañía, junto con Austral, controla el 80% del mercado nacional. Tiene una planta de 9.000 empleados y una flota que, en gran medida, no está en condiciones de volar. El retraso de los servicios o su incumplimiento suelen motivar frecuentes quejas de los pasajeros.
¿Consecuencias?
Según los analistas, la expropiación de Aerolíneas Argentinas se inscribe en un plan gubernamental de fortalecimiento del Estado como regulador y administrador, que recientemente incluyó la estatización de los fondos privados de pensiones.

Se trata de una política parecida a la que han encarado Venezuela y Bolivia para revertir reformas neoliberales aplicadas en décadas pasadas.
Con todo, los observadores se preguntan si la toma de control de Aerolíneas Argentinas se ha planteado en un momento oportuno y puede terminar perjudicando al país.
Es que Argentina sufre los coletazos de la crisis financiera internacional y la confiscación de la empresa podría aumentar la desconfianza en su economía, especialmente entre los inversores internos y externos, siempre celosos del respeto al derecho de propiedad.
Asimismo, la expropiación podría causar nuevos roces con España, que se ha quejado de la forma en que el gobierno de Fernández ha manejado la nacionalización de la línea aérea.
Historia de un descenso
1950: el presidente Juan Domingo Perón funda Aerolíneas Argentinas, que llega a ser una de las mayores compañías aéreas del mundo
1991: Iberia compra la empresa por US$560 millones
2001: la adquiere el grupo Marsans al valor simbólico de US$1 (el Estado español aporta US$750 millones)
Hoy: la Justicia argentina investiga el presunto vaciamiento de la aerolínea desde su privatización

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