miércoles, agosto 27, 2008

ACCIDENTE DE BARAJAS - El avión impactó con la cola y dio tres saltos en 1.200 metros


M. J. PÉREZ-BARCO
MADRID.
No es la reconstrucción del fatídico accidente -todavía queda mucho por hacer en la investigación-, pero ayer la Comisión de Investigación de Accidentes de Aviación Civil ofreció los primeros datos oficiales del siniestro del avión MD-82 de Spanair, en el que murieron 154 personas el pasado 20 de agosto en el aeropuerto de Barajas. El secretario de esta comisión, Francisco Javier Soto, afirmó que el avión perdió contacto con el suelo durante el despegue -aunque no concretó qué altura alcanzó-, como lo demuestra el hecho de que en la pista 36L no se hayan encontrado huellas de los neumáticos del aparato y tampoco señales de impacto.
Las primeras huellas aparecen en la franja de tierra aledaña a la pista. «El avión impactó en el suelo con la zona de cola -explicó Soto-, y se desprendió el cono de cola», donde existe una salida de emergencia. Continuó una trayectoria de 1.200 metros aproximadamente hasta su detención en el arroyo que hay al final de la pista. Pero no fue un recorrido «continuo, porque se produjeron tres saltos, tantos como desniveles presenta el terreno».
Estos son los primeros datos preliminares, que hay que confirmar a medida que avance la investigación. No obstante, y aunque Soto no quiso apuntar hipótesis, reconoció que «la explosión del combustible es un hecho que cabe esperar», sobre todo teniendo en cuenta que la aeronave dio tres saltos coincidiendo con los desniveles del suelo, lo que pudo «agravar» los daños en el avión.
Envío a los especialistas
A falta de que los investigadores terminen su trabajo y de que se obtengan las primeras conclusiones -está previsto que en el plazo de un mes se conozca un primer informe-, Soto ofreció otras explicaciones en una multitudinaria rueda de prensa. Por ejemplo, las dos cajas negras que fueron rescatadas la misma tarde del accidente (una de ellas por la Policia Judicial que la entregó a la comisión y otra por los propios investigadores de la comisión desplazados al lugar del siniestro) fueron enviadas el pasado viernes, es decir dos días después del accidente, a un laboratorio de Gran Bretaña. En todo momento estuvieron acompañadas por un investigador español. Ese mismo día, la comisión británica de accidentes aéreos, con sede en Farnborough, comenzó a trabajar en ellas. La entidad está considerada especialista en la recuperación de datos de este tipo cuando los registradores se encuentran muy dañados, en este caso por «el impacto y el fuego», como reconoció Soto.
De momento, la Comisión todavía no ha procedido a una transcripción de las grabaciones de cabina y de los parámetros operativos de vuelo, la información que contiene respectivamente cada caja negra. Pero Soto afirmó que se ha hecho un primer volcado de la información y «parece que el contenido está en buen estado». Ahora se debe limpiar de ruidos las grabaciones y procesar todos los datos para conseguir las transcripciones.
La comisión no aportó ni aclaró ninguna pista sobre otra de las claves que está captando toda la atención para desvelar las causas de este accidente: los motores, cuyo «estado evidencian una cierta integridad», afirmó Soto. Sin embargo, no se pronunció sobre si en uno de ellos estaba desplegado el sistema de reversa, que pudo actuar como freno y, por eso, el avión se escoró a la derecha, como ha podido confirmar ABC. En su lugar, la comisión explicó que los motores están preservados y pendientes de ser inspeccionados.

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